El principio de que la ciencia, no tiene fronteras, pero los investigadores
sí, ha sido un baluarte importante en el desarrollo de las investigaciones.
En este
sentido es muy importante recalcar que una de las principales características
del científico es dejar su huella con un aporte que se proyecte en la humanidad
pero no podemos olvidar que la vanidad muchas
veces lleva a investigadores a dejar de lado sus propias convicciones éticas y
morales con tal de obtener reconocimiento.
Un
investigador, debe ser formado con conciencia ética y ecológica, con verdaderos
valores; la ciencia no se debe
prestar al servicio económico de unos pocos, debe ser prestada con amor y
pasión por la humanidad.
La
formación integral de todos los que estamos comprometidos, con la vida, con la
ciencia y con el progreso de la humanidad, de manera pasiva o activa debemos
estar acentuados en valores tendientes al fortalecer y promover la ética, la
honestidad y la valía de los seres vivos, en todo contexto, ya que cada región
es única e irrepetible en el mundo.
Dice, uno de los investigadores, más reconocido a nivel mundial, el
científico Dr. Manuel Elkin Patarroyo, que, cuando la ciencia se presta al servicio
económico de unos pocos (Multinacionales de Laboratorios Farmacéuticos) el
desarrollo científico se ve afectado, incluso llegando a desacreditar o
desaprobar los aportes generados al bien de la salud en la humanidad.
Afortunadamente
cuando se obra con amor y pasión por lo que se hace, entendiendo esto como una
misión de vida, más allá del protagonismo que se pueda generar, los
obstáculos, que se presentan, son motores para ir por el objetivo marcado,
porque el ideal de vida es dejar huella, es trascender. El Dr. Manuel Elkin
Patarroyo, tiene muy claro esto, por eso
a pesar de las dificultades y de las propuestas tendientes al monopolio y
explotación de una investigación, el insiste en poder dejarle a la humanidad la
vacuna sintética contra la malaria, trabaja en la cura del cáncer de cuello
uterino, que actualmente acaba con la
vida, de por lo menos 2500 mujeres
colombianas al año.[1]
Es así, que
como sujetos individuales y miembros de una comunidad debemos propender por
rechazar cualquier tipo de actitud que comprometa estos principios, ya que ante
todo el investigador debe ser protector de su investigación y orientarla al
beneficio común, que a la larga le
traerá, el reconocimiento propio.
[1] Manuel Elkin Patarroyo . Recuperado 7 de octubre de
2012. http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Elkin_Patarroyo